Basada en la novela Moscú-Petuski de Venedikt Eroféiev y dirigida por Ángel Facio, el Teatro Español ofrece: Moscú Cercanías, protagonizada por Alfonso Delgado como Vienya o Benito Eroféiev y Sergio Macías representando el resto de personajes que aparecen a lo largo de la obra acompañando a éste, en su último día de vida en la tierra, el cuál recuerdan y representan durante 500 funciones para poder así, salir del purgatorio.
“Medite sobre el daño que hace el alcohol o lo que es peor, la lucidez”. Con estas palabras da paso el ángel protector de Vienya al flashback hacía el último día de vida de éste. Una vida regida por el alcohol, de todo tipo: vodka, ginebra, coñac, jerez, agua de colonia, alcohol de quemar, vino, cerveza o incluso barniz. Todo vale para alcanzar la sonrisa y huir de una vida miserable en la que un cobarde con miedo, se vuelve cada vez más humano y más cuerdo a medida que avanza su estado de embriaguez y que lo único que busca es que su corazón no pese tanto.
Cada personaje que aparece en el recorrido del tren de Moscú a Petushki lleva consigo la carga de una vida desolada, vacía y triste. Todos ellos demasiado vencidos como para luchar por su paz o por su felicidad. Vidas regidas por el alcohol que transforma a la bestia en hombre y lo deforma y todo como vía de escape a una rutina que ahoga y extingue.
“Sois groseros contra el débil y el cobarde, inseguro de su papel en el mundo”, señala el protagonista y a la vez, suplica: “hay que respetar la oscuridad del alma ajena sin escupir dentro”, pues también ellos son humanos aunque hayan perdido las ganas de vivir.
Los personajes míseros y sinceros están cargados de brillantes diálogos y culto vocabulario con los que ilustran sus historias y sus discusiones políticas, filosóficas y literarias. Almas inteligentes y hundidas que han dejado de buscar algo más.
“He aprendido a mirar y sólo veo tristeza, dolor, miedo y silencio (…), en el mundo no hay culpables”. ¿Seremos capaces de comprenderlo? Enfréntate al espejo de tu humanidad en el tren de Moscú Cercanías
1 comentario
Una cruda realidad de la sociedad soviética, donde la luz era imposible de verse y todos acudían al alcohol: jóvenes, mujeres, ancianos….
Una obra muy dura pero realista.