Fotografía y Texto por Rocío Pastor Eugenio.
Fotografía 100% Libre de PhotoShop, como todas aquí, en WOMANWORD.
En el Backstage los nervios no son de acero.
Los diseñadores a escasos minutos de mostrar al mundo su trabajo, pasean de un lado a otro como si su continua carrera acelerase el tiempo. Los modelos, juguetones, tontean con las periodistas, se tiran al suelo, siempre posando, para relajarse y utilizan complementos de forma cómica (según ellos, ya que, como sobra explicar, todo les queda bien). Ellas, las modelos, sentadas sobre sus butacas, esperan pacientes a ser maquilladas, peinadas y vuelta a empezar.
Fotografía por Rocío Pastor Eugenio. Backstage L’oréal.
Fotografía por Rocío Pastor Eugenio. Backstage L’oréal.
La verdad es que una se siente a las mil maravillas entre estas inmensas bellezas de no menos de metro 80 cm cada una. A pesar de lo que pudiese parecer son personas tranquilas y cercanas, que en esta semana de la moda trabajan a un ritmo frenético.
Fotografía por Rocío Pastor Eugenio. Backstage L’oréal.
Peluquería, maquillaje, últimas puntadas… el backstage está que hecha humo.
Las modelos con su mirada perdida, esperan de pie los últimos retoques. Distantes, frías, bellas. Con ese aire de lejanía tan atrayente: la mirada perdida, la cabeza erguida… es esa frialdad propia de quien se sabe la diosa del mambo, o en este caso: CIBELES.
Fotografía por Rocío Pastor Eugenio. Backstage de Devota & Lomba. Minutos antes del desfile.
¿La perfección existe? Yo creo que sí.