Fotografía y Texto Por Rocío Pastor Eugenio.
Los oficios son para muchos un mero eco. Una forma de subsistir años atrás cuando la prisa era cosa de locos. Hoy, aunque pocos, aún pueden encontrarse valientes costureros, retaleros, costureros, patronistas y encorsetadores.
Foto por Rocío Pastor Eugenio.
Paseando por las estrechas calles de Cádiz uno aún encuentra retazos del pasado. Adoquines, reflejos culturales, personajes y oficios de ayer que en el mundo capitalista y desacerbado del siglo XXI no tienen cabida.
Felipe García es uno de los dueños de la Lavandería Europa, una empresa familiar dedicada al mundo de la Lavandería.
Cada detalle está minuciosamente medido. Las recogen en sus carros, las lavan en las mismas lavadoras traídas de América en los años 60.
Máquinas Lavadoras Milnor. Por Rocío Pastor Eugenio.
Las pesan para poner la misma cantidad de peso en un lado y en otro de la máquina ya que como explica el dueño: “Las máquinas son muy buenas pero hay que tratarlas con cariño, porque fallan”.
Ellos recogen, lavan, secan a golpe de aire, doblan y distribuyen las sábanas y las toallas que aún hoy muchos hoteles y restaurantes de la zona llevan a su pequeño comercio.
La razón: “las cosas mejor hechas, como se hacían antes”. Así denominan sus clientes el servicio ofrecido por la empresa de la familia de Felipe.
Desde el fondo del negocio, la claridad de la luz de Andalucía baña la entrada. Dentro, la tradición no pierde el ritmo y trabaja como dicen: “hasta que les quede el último soplo de aliento”.
Parece que el tiempo se haya detenido. Que el devenir de los años no haya causado estragos y que la rapidez capitalista, la productividad y la deshumanización no hayan llegado a la vida diaria. Parece que aún no ha quedado atrás el mimo, el tiempo lento, la preocupación minuciosa, la humanidad y la dignidad que se pueden contemplar hoy entre estás sábanas.